domingo, 1 de junio de 2014

El papel de Felipe González

Hoy quiero hablar de Felipe González. Cuando ha salido diciendo que él pertenece a la casta que universalizó la sanidad se ha guardado muy bien de decir que el PSOE votó a favor de la ley 15/97 de nuevas formas de gestión del Sistema nacional de Salud, que permitió que las empresas privadas entraran a hacer negocio, sustancioso hay que decirlo, con la salud pública. También se guardó de decir que había estado gobernando para llevar a la práctica, a la chita callando, las recomendaciones de la Comisión Abril (un banquero) sobre la sanidad pública y que cambió el status de los beneficiarios de la sanidad pasando a ser clientes de ésta. Eso ha permitido negocios fabulosos a empresas privadas a través de los llamados conciertos sanitarios o privatizaciones aún más descaradas como las del modelo Alzira mientras los servicios públicos sanitarios se han ido deteriorando y desmantelando pasando lo rentable al sector privado y manteniendo lo no rentable en el sector público.
Pero no es eso lo que me ha movido a ponerme al teclado, lo que me ha impulsado a ello es que veo cómo Felipe, que puede ser muchas cosas pero no tiene un solo pelo de tonto, está jugando el papel que le han asignado los poderosos. 
Se puede hablar mucho de lo que significa el fenómeno de Podemos o el avance de la izquierda en las últimas elecciones europeas pero la realidad es que hay una desmovilización enorme de la población que se ve en el gran porcentaje de abstención y una dispersión impresionante de los votos de la izquierda. Mientras los de la derecha se concentran en el PP, la gente de izquierda tiene múltiples opciones, todas fomentadas por los mismos poderes fácticos, lo que impide que la gente de izquierdas esté adecuadamente representada. 
El único partido de "izquierdas" que ha gobernado en España ha sido el PSOE y eso lo ha conseguido haciendo políticas de derechas, ya digo lo de la privatización de la sanidad pero también se puede hablar del caso Flick, de la X de los Gal, de cómo nos engañaron con lo de OTAN, de entrada No, del caso de los ERE en Andalucía, del aeropuerto de Ciudad Real sin aviones, de infraestructuras faraónicas como la locura del AVE, de las puertas giratorias, de las ayudas de Zapatero a la banca con la excusa de "salvar los ahorros de la buena gente" o del indulto de un banquero con condena firme también como regalo de despedida de Zapatero.
El papel que le han asignado ahora a Felipe es el de ahondar en la división del voto de la izquierda, provocar reacciones emocionales ante sus intervenciones lo que causa agotamiento en la población que es lo que realmente buscan, desmovilizar para que la gente se limite a ser productor-consumidor-espectador. 
Si Podemos, o cualquier otro partido o agrupación de partidos llegaran a ser alternativas reales de gobierno ya se encargarían los poderosos de subvertirles, suponiendo que no lo estén ya y haciendo teatro, porque los medios de los poderosos son más que suficientes como para comprar unas pocas voluntades.
Mientras tanto lo que tenemos es una población que está desmotivada de ir a votar (más del 50% se abstiene) y la victoria del Partido Popular y eso es precisamente lo que los poderosos quieren: paralizarnos, que nos inhibamos, que nos deprimamos y lo mandemos todo a tomar vientos  mientras ellos siguen mandando, como siempre, los mismos.
Decididamente, Felipe no está gagá, tampoco Aznar lo está, están muy bien posicionados y haciendo brillantemente el papel que los banqueros, los marqueses, condes, duques y los poderosos de siempre les han asignado.
Que tengan buena tarde, queridos paganini.

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