viernes, 27 de marzo de 2020

Lucha contra la privatización de la sanidad.

Hay gente que está luchando, desde hace mucho tiempo, y lo sigue haciendo, contra la privatización de la sanidad. Contra la consideración de la salud de todos como una fuente de beneficios para unos pocos que se aprovechan de las situaciones de debilidad de las personas para engrosar sus cuentas de resultados.
El resultado es que los ricos tienen un acceso privilegiado a la sanidad mientras que los menos ricos se tienen que conformar con prestaciones mucho menos efectivas.
La sanidad pública se parece cada vez más a una beneficencia, es decir, un lugar al que solamente acuden los menos pudientes y a éstos no hace falta tratarles demasiado bien porque ¡no tienen otra alternativa a la que acudir!
Las listas de espera son desesperantes, incitan con fuerza a las personas a dirigirse a la sanidad privada. Las listas de espera no son algo que sucede porque sí, como llovido del cielo, sino como consecuencia de unas políticas (y unos políticos) cada vez más comprometidos con la sanidad privada.
No quiero extenderme más, solamente les pondré dos enlaces que pueden ayudar ahora en la crisis del coronavirus y que pueden servir para tomar conciencia de lo que podemos hacer a partir de ahora para revertir la situación a la que hemos llegado.
Uno de los enlaces es a las noticias de la CGT.
El otro a la página de la CNT.
Ambas organizaciones están trabajando seria y desinteresadamente, como lo vienen haciendo desde hace mucho tiempo, por la dignificación de la sanidad, contra la privatización de la pública y, también, contra el coronavirus, en la medida de sus posibilidades.

Es verdad que hay muchísima gente ahora sensibilizada con la gran labor que está realizando la sanidad pública ante la crisis del coronavirus, es evidente que los medios públicos son insuficientes en este momento pero ello es solamente consecuencia de las decisiones tomadas en un pasado muy reciente. Mi pregunta es ¿qué podemos hacer para frenar la privatización? ¿Cómo podemos organizarnos para que la sanidad no llegue a convertirse en una beneficencia sólo para pobres?

Y, ahora sí, lo dejo aquí, más adelante seguiremos hablando, y actuando, sobre el asunto.

¡Que tengan buena tarde!


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