viernes, 20 de marzo de 2020

Coronavirus y distribución de la riqueza

La crisis actual provocada por el coronavirus no ha hecho más que poner de manifiesto las debilidades de un sistema, el capitalista, pensado y puesto en práctica para el enriquecimiento progresivo de las clases más favorecidas. Estas clases son las que tienen un mayor número de recursos a su disposición y, como tontos no son, los invierten para que su poder siga aumentando cada día más.

Decía Warren Buffett: "Por supuesto que hay lucha de clases y la mía, la clase de los ricos es la que la está haciendo, y la estamos ganando". Mi inglés es manifiestamente mejorable pero creo que he captado bien el significado de sus palabras. Esto salió en el New York Times en 2006 y desde entonces la situación no sólo no se ha revertido sino que ha seguido empeorando para las clases menos favorecidas. Sólo tienen que darse una vuelta por esta página y verán que el mundo está escandalosamente mal repartido.

Dicho esto ¿qué tiene que ver la distribución de la riqueza con la crisis del coronavirus? Pues tiene que ver porque una de las actividades en la que los ricos se han fijado para seguir aumentando sus beneficios es la sanidad. La sanidad privada no se va a preocupar de aumentar el grado general de protección frente a las enfermedades, ni tampoco va a luchar contra las epidemias, se conforma, en el lado asistencial, con asegurarse de que los que tienen dinero pueden defenderse de situaciones de riesgo mejor que los que no lo tienen. 
Un super rico puede moverse tranquilamente a aquel lugar del mundo en que la epidemia sea menos virulenta. Los Aznar lo han hecho saliendo "como alma que lleva el diablo" de un Madrid amenazado seriamente por el virus a su lujoso y confortable chalet de Marbella. Pero hay gente que puede elegir, no sólo Marbella, sino aquel lugar del mundo en que haya menos probabilidades de ser atacado por el virus. "Sálvese quien pueda" y ellos pueden porque tienen muchos recursos, es decir, mucho poder.
Mientras tanto, los pobres (y los no tan pobres porque es la inmensa mayoría de la sociedad) tienen que resignarse a ser atendidos, si tienen suerte, en una sanidad pública que lleva mucho tiempo siendo sistemática y paulatinamente desmantelada para dejarla convertida en una simple beneficencia

Así se da el caso de que, como los medios son insuficientes para atender a todos los que lo necesitan, los médicos han de hacer una "medicina de guerra" en el sentido de que han de decidir a qué pacientes se destinan los recursos existentes porque tienen mayores probabilidades de sobrevivir mientras que los más débiles (ancianos, con otras patologías, etc.) son abandonados a su (mala) suerte.
Pero no es una cuestión de suerte, no, es el resultado de un mecanismo perfectamente diseñado y ejecutado con un único objetivo, maximizar el beneficio de los ricos.
Había pensado hablar hoy de conciertos sanitarios, la forma de privatización de la sanidad que mejor conozco, pero lo dejaré para otro momento, hoy me conformo con ponerles el enlace a la web de CAS-Madrid que lleva mucho tiempo trabajando contra la privatización de la sanidad. Su último comunicado en relación con el coronavirus es de ayer, 19 de marzo, les invito a ustedes a darle una leída, es muy clarificador.

Que tengan buenas noches, amigos.


No hay comentarios: