Vamos a hablar un poco más de los 61.000 millones de euros concedidos en "ayudas" a la "desvalida" banca. En el documento que citamos luego del Banco de España sale CCM y no es una foto muy favorecedora que digamos.
Cuando se crea una empresa, también un banco, se reúnen unos señores (en el caso de los bancos todos muy trajeados y con cara de póker además de de estar encantados de haberse conocido, entre ellos y a sí mismos) y deciden poner un dinero para los gastos que implica crear la empresa.
Cuando se crea una empresa, también un banco, se reúnen unos señores (en el caso de los bancos todos muy trajeados y con cara de póker además de de estar encantados de haberse conocido, entre ellos y a sí mismos) y deciden poner un dinero para los gastos que implica crear la empresa.
Si la empresa es pequeña lo
que hace el empresario/emprendedor es echarse mano a la cartera y ver
cuánto tiene para comprar el local, las materias primas o lo que
quiere vender, los elementos de transporte y hacer frente a todos los
gastos que empezar supone.
Al final del primer año la
empresa tiene, por ejemplo,
un edificio propio, un par de camiones,
unas existencias en el almacén y un dinero en el banco. Para saber a
quién se le debe todo lo que se tiene hay un pasivo compuesto de las
deudas con terceras personas (por ejemplo los proveedores de materias
primas que cobran a 30, 60 y 90) y lo que se llama Capital que
es lo que se debe a los que pusieron el dinero de su bolsillo para
montar el negocio.
Si la empresa va bien se
generan beneficios que pueden repartirse a los accionistas (el
emprendedor puede recoger beneficios) y si se generan pérdidas las
asumen los accionistas, primero con cargo al dinero que pusieron al
principio, si queda, o haciendo nuevas aportaciones al Capital.
En un banco es igual, si los
gestores lo hacen bien y los préstamos que dan (por ejemplo para
hipotecas) se devuelven en su momento y con los intereses pactados,
los trajeados del principio pueden repartirse beneficios que
suelen llamarse dividendos.
Ahora bien si, como pasó con
la burbuja inmobiliaria, los préstamos que se conceden no se
recuperan y el banco tiene que quedarse, por ejemplo, con los pisos
hipotecados que después del estallido de la burbuja valen mucho
menos de que dijeron las tasadoras (dependientes de los bancos) en el
momento de concederse los préstamos, entonces el banco tiene
pérdidas. Eso quiere decir que los accionistas contrataron a
gestores que no sabían a quién estaban prestando o que creían que
los pisos iban a estar subiendo de precio indefinidamente con lo cual
quedarse con los hipotecados era buen negocio. En cualquier caso las
pérdidas se pueden asumir hasta un determinado límite, llega un
momento en que el dinero que pusieron los accionistas se acaba y hay
que poner más o cerrar el negocio vendiendo lo que se pueda para
pagar las deudas.
Pero ese esquema vale sólo si
pensamos que los bancos son empresas normales donde los trajeados se
juegan su dinero realmente y si lo pierden lo pierden ellos y si se
gestionan bien ganan dinerito fresco que a todos nos gusta.
Pero la realidad no es esa, la
realidad es que los señores de antes, además de tener un buen
traje, tienen una agenda repletita de contactos de alto nivel.
Pongamos por caso que pueden descolgar el teléfono y conseguir que
al otro lado se ponga don Rajoy o alguno de sus subordinados a
quienes se ha invitado previa y profusamente a monterías en las más
afamadas fincas de los montes y sierras españoles. Hay a quienes no
les gusta ir de montería y entonces las invitaciones son a
restaurantes pimplis, a partidos de golf con influyentes personajes,
a viajes en yate, etc. Pongo etc. porque no sé muy bien las cosas
que hace la alta sociedad, seguro que son muy sofisticadas con
aviones privados, joyas, bolsos de Louis Vouitton y similares.
Pues eso, que como tienen una
agenda tan bien provisionada, cuando vienen mal dadas, descuelgan el
teléfono y llaman, digamos, a Guindos, a Montoro o a Soraya Sáenz
de Santamaría y les cuentan el problema. Eso ahora, pero en tiempos
de Zapatero, donde ya había problemas con la burbuja inmobiliaria y
se hablaba del rescate a la banca, quienes estaban al otro lado del
aparato eran don Pedro Solbes o doña Elena Salgado. Tanto unos como
otros, al sacar a pasear el temido dragón del rescate a España
dijeron que no se rescataría a España sino que “sólo” se haría
un préstamo a la banca. O sea, que la banca, abnegada ella,
devolvería el dinerito prestado por los españolitos de a pie con
intereses.
Sale el día 2 de los
corrientes el Banco
de España diciendo que de eso nada, que la banca no
puede devolver tanta pasta, que hay que dar por perdida gran parte
del dinero que habíamos puesto los que no íbamos a monterías de
postín, algo que ya algunos se olían hace tiempo.
Mientras tanto los periódicos
lanzan las campanas al vuelo porque en agosto el paro ha bajado en 31
personas, el que no se consuela es por que no quiere, pero no dan
mucho espacio para comentar que siguen parados más de seis millones
de españoles, los cuales no van a partidos de golf con la jet set
pero pagan religiosamente el I.V.A. cuando tienen la osadía de ir al
supermercado a comprar mortadela y esas cosas, cuando compran los
libros para que sus hijos tengan un porvenir o cuando se permiten el
lujo de comprar un paquete de tabaco (viciosos…)
Explica mucho mejor que yo
Martín Seco el tema de las ayudas a la banca, léanlo que merece la pena, y al final da una idea de por
dónde pueden ir los tiros al citar a Emilio Botín y Francisco González
acompañando al ministro de Economía que recibía a Rodrigo Rato con
motivo de la nacionalización de Bankia.
Si se es un poco más
malpensado que Martín Seco podría creerse que en todo este tema de
la burbuja inmobiliaria, ayudas a la banca y demás no hay errores de
los señores del traje sino la intención, desde el principio, de
sacar dinero a los paganini para seguir pagándose monterías, jets
de última generación, cuentas bancarias en Suiza o las islas Cayman
y los demás etcs.
Besos para todos, menos para
los banqueros que ésos piden arrumacos de alto nivel.
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